El mundo de Davide Bais: montañas, amigos y… Sky

El mundo de Davide Bais es un mundo hecho de cosas sencillas: cosas que una victoria en el Giro de Italia no cambiará, porque ahora forman parte de él: su casita en la montaña para arreglar poco a poco, un paseo por los senderos de su región del Trentino, una cena con sus amigos de toda la vida. Por supuesto, lo que ocurrió el viernes en la cima de Campo Imperatore no es algo normal: una victoria así, inesperada y hermosa, cayó como un rayo sobre la vida de un joven que soñaba a lo grande y que alcanzó su sueño en una tarde de mayo.

«No», dice, «todavía no me he dado cuenta del todo de lo que pasó. Pero porque una carrera como el Giro no te permite pararte a celebrarlo, a asentar la cabeza: siempre hay un mañana en el que pensar, siempre hay una subida que subir y una etapa que preparar». Fortunato, que ganó en el Zoncolan hace dos años, me lo dijo varias veces: te das cuenta de todo al final del Giro, una vez que estás en casa.

Sin embargo, sucedió algo grande y te diste cuenta….
Fueron los demás los que me hicieron darme cuenta: los compañeros, el grupo. Durante la etapa del sábado vino mucha gente a felicitarme, incluso corredores muy fuertes: y eso fue estupendo para mí, casi me sentí avergonzado. Y entonces recibí un mensaje inesperado….

¿De quién?
De Philippe Gilbert, que siempre ha sido un ídolo absoluto para mí. Me escribió, y pensé que era una broma, pero en realidad era él. Me dijo: «Fuiste fuerte pero también inteligente, y cuando se gana con las piernas pero también con la cabeza, la victoria es más bella e importante’. En resumen, un sueño.

Hablando de sueños: conseguiste uno en Campo Imperatore.
Cuando mi hermano Mattia y yo pedaleábamos con nuestras pequeñas bicicletas de niños, soñábamos con convertirnos en corredores profesionales. Participar en el Giro de Italia era nuestro juego favorito, era algo tan bonito que parecía incluso difícil de imaginar. En cambio, se cumplió, tanto para Mattia como para mí. Y ahora incluso he ganado una etapa.

La primera dedicatoria fue para tu compañero Arturo Gravalos: un gesto precioso.
Se lo merece. Porque mi sueño de niño era el mismo que el suyo: los dos queríamos ser ciclistas, participar en el Giro. Yo cumplí mi sueño, pero la vida le puso una prueba enorme y su sueño cambió. Y esto hay que recordarlo siempre, hay que agradecer siempre las cosas buenas que nos pasan porque las cosas cambian rápidamente. Después de oír mi dedicatoria, Arturo me escribió para darme las gracias y me dijo que lo celebraba comiéndose un trozo de chocolate. Y eso me dio mucha satisfacción, pero también mucho que pensar.

¿Lo celebró con el equipo?
Un brindis muy rápido, unas palabras de Iván, y luego todos a la cama. En el Giro se llega tarde al hotel, y cada noche es ya pensar en mañana. Lo celebraremos al final, con mis compañeros, pero también con mi novia, mi familia y mi hermano.

Tu hermano Mattia, ahora compañero de equipo: ¿cómo es su relación?
Hermosa, sólida: es mi hermano mayor, empezamos juntos en el ciclismo y la bicicleta era nuestro juego favorito y quizás lo sigue siendo un poco. Nos queremos, a nuestra manera.

Al día siguiente de tu victoria, Mattia se fue en una escapada y terminó sexto. Una bonita historia.
Se merecía un resultado así, en un momento dado incluso pensé que podría haber ganado y que habría sido increíble. Pero fue bonito verle en la escapada, un equipo como el nuestro necesita estas cosas: nos dan moral, nos dan ganas de intentarlo, nos dicen que todos podemos soñar y que podemos conseguir cualquier cosa.

¿Cómo se siente vistiendo la maglia azzurra?
Muy bien. El equipo ha estado estupendo y me ha regalado un casco, unas gafas y unas ruedas a juego con el maillot, y yo tengo el deber de honrar este maillot: no sé cuánto tiempo lo llevaré, pero sé que siempre lo respetaré defendiéndolo en todos momento.

¿Puede EOLO KOMETA volver a ganar en este Giro?
Por supuesto, lo intentaremos como hemos hecho desde el primer día: Albanese y Fortunato están en un gran momento de forma y son las puntas de lanza, pero yo soy la prueba de que corriendo así todos podemos pensar en ganar.

Tu hermano Mattia y tú estáis construyendo una pequeña cabaña en las montañas, cerca de tu casa: ¿puede hablarnos de ella?
Es un sitio precioso, se llama Santa Barbara y está en el Monte Velo: pasaremos cerca en la etapa del Monte Bondone. La casita está casi lista, está quedando muy bien.

¿Qué significa la montaña para ti?
La libertad. Un lugar que me da paz, que me hace sentir bien. En cuanto puedo, con mi grupo de amigos, salgo de excursión por los lugares bonitos de mi zona: me gusta pasear, me gusta parar en los refugios a comer un plato típico o un trozo de tarta cuando puedo. Y nunca salgo sin mi gran cachorro: un pastor alemán llamado Sky que siempre me sigue, fiel y hermoso.

¿Cuándo celebrará la victoria?
Unos días antes de partir para el Giro acompañé a mi padre a la casita de la montaña: tenía que subir los azulejos del cuarto de baño. No le ayudé, por supuesto: pero me senté fuera y me quedé en silencio durante media hora. En ese momento, en medio de aquel silencio y aquella belleza, me di cuenta de la importancia del viaje que estaba a punto de emprender. Y fue al volver allí, a aquel lugar y a aquel silencio, cuando me di cuenta de lo que había pasado.