Edoardo Alleva: “Me considero un ciclista completo, pero está por ver en el futuro qué tipo de corredor puedo ser realmente”
El corredor de Borgomadero es otra de las caras nuevas de la estructura sub23 de la Fundación Contador, formación en la que afronta el salto de la categoría juvenil al campo amateur. El ciclista piamontés es un enamorado de su ‘paese’ y disfruta de sus entrenamientos en torno al Lago d´Orta o de la cercana ascensión al Mottarone, un puerto de montaña clásico en multitud de carreras, con varias vertientes posible y el punto común de ser todas superiores a los 16 km y contar con una pendiente media en torno al 6%. Un Mottarone que Alleva define como su subida favorita.
“Siempre he considerado que soy un ciclista bastante completo, pero está por ver en el futuro qué tipo de corredor puedo ser realmente. Me defiendo subiendo, puedo sprintar y no tengo ningún miedo a pelear y luchar por la escapada”, señala Alleva (23 de febrero de 2003) entre una salida en bici suave y el inicio de una inminente sesión de gimnasio.
Alleva, que procede de una Bustese Olonia en la que ha crecido y madurado las últimas temporadas, se inició en el mundo de la bicicleta a la edad de diez años. Su padre, Mauro, había tenido alguna experiencia competitiva, aunque en el campo aficionado, y en el garaje de casa descansaba su vieja bicicleta. Un día probó y las sensaciones fueron increíbles. “Primero, con diez años, estuve en el Bici Club 2000 de Borgomadero. Estuve allí dos años. Después, también dos temporadas, competí con el Nuovi Orizzonti. Y de ahí pasé a la Bustese Olona”, explica.
“Llegar a la Fundación Contador es una oportunidad única. La mera posibilidad ya resultó emocionante. Era como un sueño. Dario Andriotto habló conmigo allá por julio y me expuso el proyecto y me preguntó qué me parecía. Obviamente la respuesta era que maravilloso. No se podía rechazar este ofrecimiento. Es una oportunidad muy bella para ser algún día profesional”, recuerda.
Alleva señala a Primoz Roglic como su corredor actual favorito y también indica que la París-Tours, desde que adoptó su nuevo recorrido con rutas sin pavimentar entre viñedos allá por 2018, es la carrera que más le atrae. “Es muy sinuosa, sin subidas largas pero sí muy ondulada. Me parece una carrera muy divertida y muy emocionante”.
El menor de dos hermanos (el mayor juega al fútbol), Alleva afrontará en 2022 el que será su primer año centrado exclusivamente en la bicicleta. Curso estudios en el Istituto Tecnico Statale Leonardo da Vinci de su localidad, en la rama de mecánica (técnico industrial), y después afrontó la ‘maturitá’. “La opción de comenzar a estudiar en la universidad siempre está ahí, pero quiero primero tomarme un tiempo”, destaca. Alleva es consciente de la dificultad y también de la dinámica de un ciclista que cada vez tiene menos reparos en buscar corredores jóvenes. “Todo va muy rápido. Personalmente creo que dos años en la categoría sub23 nunca van a ser malos, en absoluto”.