Arnau Gilabert, noveno en una alcazaba de Jerez que concreta la revolución en Extremadura
La Vuelta a Extremadura echó el cierre con una frenética quinta etapa en la que la orografía de la Comarca Sierra Suroeste de Badajoz acabó revolucionando la general final, que se marchó al zurrón del francés Adrien Maire (Aix-en-Provence), ganador en una meta de Jerez de los Caballeros donde el catalán Arnau Gilabert, noveno, fue el mejor clasificado de la estructura sub23 de la Fundación Contador. En la general definitva, con Maire de amarillo, Ander Ganzábal segundo y Pablo Carrascosa tercero, tal condición recayó en Andrea Montoli (24º).
Tras una jornada de muchísimos movimientos, ataques, contraataques y reagrupamientos en la que los dos pasos por el pueblo de Feria le aportaron mucho picante, con ilustres de la carrera implicados y Fran Muñoz en la brega, Maire, Tomás Miralles (Essax) y Ander Ganzábal (Laboral Kutxa) protagonizaban ya dentro de los últimos 25 kilómetros su ofensiva.
La fuga cogió una ventaja superior al minuto con respecto a un grupo donde viajaba el hasta este domingo líder Pablo Carrascosa (Finisher), la mayoría de los aspirantes a la general y, por parte azul, tanto Arnau Gilabert como Andrea Montoli.
Arnau Gilabert, noveno en la meta de Jerez de los Caballeros: “No sabía que resultado había hecho, la verdad, pero acabé la jornada con la sensación de que por fin empiezo a ser el ciclista que soy. La segunda etapa, el paso por La Desesperá, fue un golpe de realidad, esa era la situación, pero sabía que no estaba en mi sitio. Al final debutaba esta temporada en Extremadura después de un invierno bastante fastidiado, con una rotura de clavícula incluida a comienzos de año, y siento que finalmente sí he ido de menos a más. Hoy me he visto ahí, estoy empezando a ser yo y esto me da mucha motivación para seguir adelante”.