Andrea Montoli sobrevive a La Desesperá y se ubica en la sexta plaza de la general en Extremadura
La dureza de La Desesperá, la ascensión más dura de la presente edición de la ronda extremeña, aportó tal y como se preveía una gran selección en el desarrollo de la segunda etapa, la del final en Jaraíz de la Vera donde, en un grupo de treinta unidades, se impuso el uruguayo Thomas Silva (Caja Rural) con octava plaza para Andrea Montoli. La general provisional asiste al ascenso del extremeño Pablo Carrascosa, mientras que Montoli se sitúa sexto a diez segundos.
La ubicación de esta subida, muy intimidante por contar cuatro kilómetros de gran dureza, muchas rampas por encima de los dos dígitos y un kilómetro con una pendiente media cercana al 12%, invitaba a desplegar estrategias, pero pese a los numerosos intentos que tantearon la fuga en los primeros kilómetros, ninguo llegó a consolidarse. Una dinámica de movimientos donde la estructura sub23 de la Fundación Contador tuvo a Gabriele Raccagni a uno de los ciclistas más activos.
Un cuarteto formado por Ismael Guzmán (Gomur), Aitor Bugarín (Rias Baixas), Josúe Gómez y Josep Tomas (Netllar-Alé) acabó amasando un margen superior al minuto, pero los porcentajes de La Desesperá invitaban al agrupamiento. Y antes de su inicio se concretó. En la subida, que se coronaba dentro de los últimos 30 kilómetros, David Delgado (Cortizo) fue el embrión de una cabeza de carrera que, ya en la bajada, inicialmente creció con Thomas Silva (Caja Rural), Pablo Carrascosa y Jorge Gutiérrez (Equipo Finisher) y se embasteció posteriormente hasta la treintena de corredores. Entre ellos, Andrea Montoli. Una treintena de ciclistas que devoró el acercamiento a Jaraíz en una dinámica de aceleraciones, ofensivas y contraofensivas en la que acarició el triunfo Samuel Fernández pero se acabó imponiendo su compañero Silva.
Montoli se involucró en la llegada y pudo concretar su primer top diez de la temporada y consolidarse en la parte alta de la clasificación. “Estoy contento por tratarse del primer top 10 del año, aunque con un poco de rabia porque el director nos había pedido estar pendientes de Silva especialmente en la parte final. Hasta unos 300 metros del final he podido concretar esa orden, pero en la última curva un corredor trazó mal, se hizo un hueco y me resultó imposible taparlo. La Desesperá se hizo muy dura, me pareció una saubida muy exigente. Allí tenía que dar mi máximo, yendo más tranquilo en la primera parte del día, pero sufrí un poco en la parte más dura. Me mantuve tranquilo, a buen ritmo, y volví a conectar en la bajada. Ahora vamos a por la etapa de mañana”.
La Vuelta a Extremadura encara este viernes su ecuador con una etapa a priori favorable para la resolución al sprint, pero no exenta de repechos y del acecho del peligro del viento, que viajará desde Arroyo de la Luz hasta Valencia de Alcántara, muy cerca de la frontera con Portugal. Un periplo de 129 kilómetros.
