Una oportunidad maravillosa
La ascensión a Bormio 2000 acogió un final de etapa en el Giro de 2004. Una etapa corta, pero con más de 4.000 metros de desnivel y el Tonale y el Gavia endureciendo un menú de 118 kilómetros. Ganó la maglia rosa Damiano Cunego, que atacó en la subida final a esta estación invernal de la Valtellina. Constante, machacona, con un punto de frescura por la frondosidad de la vegetación en algunos tramos, quizá no sea una ruta de alta alcurnia, de densa historia; pero la carretera que sube a Bormio 2000 es una de esas subidas que se disfrutan. Con una sonrisa afronta las herraduras el alicantino Jorge Pastor Terol. Rueda ágil, entre los primeros. El Polartec-Kometa se ha desmembrado en la ascensión. Los escaladores, son los escaladores. Pasa Inkelaar. Ries, el sub23 Cantoni, el eritreo Awet, Juanpe López, Gamper… También ha pasado Pastor. El de Alcoy, con Cantoni, también de alguna forma con un Juanpe que acaba de promocionar al equipo continental, es uno de los tres miembros del plantel sub23 que acudieron a la concentración italiana.
“Para nosotros es fundamental que nuestros corredores sub23 tengan la posibilidad de vivir con ciclistas de nuestro equipo profesional. Si a eso le sumas un entorno como el que hemos experimentado recientemente en Bormio, todo ello es una experiencia única. Desde mi punto de vista pocos equipos ofrecen este tipo de alternativas. Creo que en ese aspecto somos un equipo referente a la hora no sólo de ofrecer posibilidades competitivas a los ciclistas, sino ese otro aspecto formativo que también aúnan los viajes, las convivencias,…”, comenta Félix García Casas, mánager deportivo de la Fundación Alberto Contador. Tal es el firme compromiso de la Fundación Contador con la formación deportiva de sus corredores. Alcanzar el campo profesional ni es nada fácil ni tampoco está asegurado. Pero en ese camino resulta capital que, en la medida de las posibilidades que existan, tengan los mejores medios materiales y las mejores infraestructuras para el mejor de los desarrollos en su preparación.
Que los corredores de las categorías inferiores tengan la oportunidad de acudir a un campus como el desarrollado este año en la Valtellina es otra muestra más de esa apuesta. “Que somos muy afortunados, si, es algo que nos dicen muchos compañeros en el pelotón”, comenta Juan Pedro López. Juanpe, quién ya disfrutó experiencias pasadas como juvenil, ha vivido el stage de la Valtellina como un punto de inflexión en su carrera. “Es un proyecto totalmente diferente con respecto a la mayoría de los equipos. Para el corredor sub23 estar aquí con los continentales, como uno más, sin ningún problema de adaptación, es algo espectacular. Venimos aquí a aprender de corredores que ya tienen un recorrido en profesionales, que han competido en carreras profesionales. Venimos a aquí aprender todo lo que se pueda y a ver si en algún momento podemos dar un pasito más y llegar ahí donde están ellos el año que viene”, aporta el italiano Cantoni, quien tiene 22 años para 23, es su cuarto año en la categoría.
El madrileño Diego Pablo Sevilla ha pasado por todas las categorías de la fundación y su crecimiento deportivo ha ido de la mano del crecimiento de la fundación. En cursos pasados también se organizaron concentraciones de este tipo. Sevilla destaca: “Esta concentración llega a mitad de temporada, con todo lo que supone para los entrenamientos. Desde hace tres años hemos tenido oportunidades como ésta, pero más enfocadas al comienzo o, en el caso italiano, el final de la temporada. Venías al Stelvio, al Gavia o al Mortirolo y sí, lo disfrutas mucho, pero te valía menos porque la temporada estaba acabada. Ahora, no. Ahora te vale para mucho. Yo, al menos en mi caso, lo máximo que puedo entrenarme en subida es media hora o cuarenta minutos, pero no sé cómo subiría un Stelvio en competición, un puerto de estos de hora y media. Y aquí en Bormio escalas o escalas, no hay término medio”.
“Cuando te llega una oportunidad como ésta, claro que la gente te dice que tienes suerte, te pregunta por la experiencia. Y hoy en día, con las redes sociales, más aún porque tienes más visibilidad. No es fácil de explicar. Simplemente lo vives. El tener esta oportunidad, una oportunidad que te da el propio equipo, de compartir experiencias y entrenamientos con el equipo continental, con Ivan Basso, con Alberto Contador… Vives el momento, aprovechas la oportunidad y exprimes cada segundo”, expone Pastor poco después de degustar una subida ‘algo conocida’ que responde al nombre del Passo dello Stelvio.