Salvada la ‘etapa fácil’ antes del atracón alpino
En el ciclismo no existen las etapas fáciles y la dureza de las jornadas viene marcada por la combatividad de los participantes y la gestión que hagan del desgaste y el esfuerzo. Pero no se puede ignorar el factor altimétrico, tampoco la distancia, sin lugar a dudas la combinación de ambos; y desde ese prisma el Giro del Valle de Aosta, que arrancó este miércoles, celebró su etapa más sencilla. A partir de ahora, a final en alto por día. Y así hasta el domingo. Este miércoles, empero, en el inicio de la prueba italiana, triunfo por la mínima de la fuga encarnado por el belga Dylan Vandenstorme (Circus). Luca Bagnara fue el primero de los corredores azules en meta.
Una etapa corta, frenética (más de 43,3 km/h de media), llena de alternativas y movimientos en la que se acabó destacando un grupo de ciclistas del que se fueron produciendo a su vez algunos movimientos. Del repecho final salieron al frente el citado Vandenstorme, el suizo Elia Blum (Tudor), el irlandés Kevin McCambridge (Trinity), el belga Witse Meeussen (Alpecin-Deceunick) y el francés Brieuc Rolland (Groupama-FDJ), con el portugués Daniel Lima (Israel Cycling Team) llegando dentro de los dos kilómetros finales a su altura. Un primer grupo principal, su vanguardia, acabaría llegando a cuatro segundos, con Luca Bagnara finalizando a 16”. A 46” hacía lo propio Raúl López, a 1’10” finalizaban Antonio González y Sebastiano Minoia y a 1’51” Arnau Gilabert. La de este miércoles no era una etapa para escaladores y en los próximos cuatro días llegarán cuatro finales en alto. Este jueves llega la primera etapa de montaña, con final en una subida cercana a Courmaeur, hasta Pré de Pascal, con muchísimos dobles dígitos en sus pendientes.
[? @GiroVdA (1, 3), Jorge Recuero (2)]