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Davide Piganzoli vuela alto en el Memorial Valenciaga y roza la txapela: el italiano, segundo en Arrate

51º Memorial Valenciaga
Eibar – Santuario de Arrate (153,5 km)

El italiano Davide Piganzoli acarició el triunfo en un Memorial Valenciaga difícil de olvidar. El de Morbegno lanzó un ataque a 39 kilómetros del final, en la primera subida a Ixua, después de un sensacional trabajo grupal del plantel sub23 de la Fundación Contador. Los corredores dirigidos por Rafa Díaz Justo marcaron un ritmo frenético en el acercamiento a la ascensión eibarresa en un periplo donde echaron abajo una fuga de nueve ciclistas que llegó a contar con más de dos minutos.

Una edición del Valenciaga en las antípodas climatológicas de 2021, una jornada de sol y temperaturas agradables en la que la carrera marchó agrupada en sus primeros compases y contó con varios conatos ofensivos en su primera mitad. El primero consistente, en solitario, del madrileño Jorge Gálvez (Zamora Enamora). El posterior, el de un cuarteto (Alejandro Gomiz, del Froiz; Álvaro Carasa, del Rias Baixas; Josep Tomas y Marc Dols, ambos del Brocar-Ale) sobre el que emergió un grupo de diez unidades que encaró el acercamiento al primer paso por Ixua con dos minutos.

En ese momento los chicos de Rafa Díaz Justo se emplearon a fondo al frente del pelotón principal para preparar el siguiente movimiento. Trabajo en equipo, anticipación y potencia. En las rampas de Ixua, con Ramón Fernández vaciándose enfilando el grupo, arrancó Davide Piganzoli. Restaban 39 kilómetros para el final.

El italiano poco a poco fue cogiendo tiempo tanto en la bajada de Ixua como en la subida a San Miguel y en su descenso. A 20 kilómetros del final su ventaja era de 1’32” y a 8, 1’24”. Un pulso desigual con un Lizarte que venía trabajando muy fuerte atrás. A cinco kilómetros, en la parte dura, se movería Pablo Castrillo para acabar dando alcance a Piganzoli muy cerca de iniciar el descenso hasta el Santuario de Arrate.

Davide Piganzoli, segundo en el Memorial Valenciaga 2022: “Fue una carrera muy dura. Decidimos atacar en la primera subida de entidad después del gran trabajo de los compañeros. Habíamos hablado de hacer esta apuesta y anticiparnos a lo que pudiera pasar después. Llegué con un colchón de tiempo bonito a la última subida, pero había gastado muchas energías, cada vez más cansado y por detrás los chicos de Lizarte venían haciendo un trabajo muy, muy fuerte. Al final Castrillo me cogió, fue más fuerte que yo, y hay que felicitarle. Aunque siempre te queda esa amargura de haberlo visto cerca, estoy contento con el rendimiento de todos los compañeros. El calor de la afición vasca ha sido increíble, nunca lo podré olvidar”.

[📷 Estel Bofill Xuclá (1, 3, 4)]

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