M. Angel Ballesteros: “Volvería a hacer el Camino de Santiago”

Miguel Ángel Ballesteros es ya uno de los veteranos del equipo con sólo 20 años, pues afronta su quinta temporada en la Fundación Alberto Contador. El murciano conoce muy bien la forma de trabajar del equipo, pero a pesar de ello también ha quedado sorprendido por el escenario escogido para el último ‘building camp’. Él es un buen ejemplo de lo que el Camino de Santiago ha supuesto para los corredores, en este caso, para los integrantes del Polartec Sub-23, sobre los que recaerá mucha de la responsabilidad del año 2017.

Ballesteros terminó el Camino de Santiago contento, en primer lugar, “porque he llegado al final sin una ampolla en los pies. Puedo decir que las botas que nos ha dado Polartec son geniales, lo mismo que todo el material que hemos llevado”. Y también “porque ha sido una experiencia bonita, hemos visto unos paisajes fantásticos a los que yo, que soy de Alcantarilla, no estoy acostumbrado. Me ha encantado el recorrido”.

Miguel Ángel Ballesteros dice que le ha sorprendido la dureza de los cuatro días de marcha. “Pensaba que no iban a ser tan duros, esperaba que haríamos menos kilómetros y ahora veo que la gente que hace el Camino completo tiene mucho mérito. Además, me han gustado mucho los albergues donde hemos dormido. Están muy bien”, asegura.

Otras de las cosas que le ha gustado de la experiencia es la oportunidad de conocer mejor al resto del equipo, a sus compañeros. “Al hacer tantas horas andando, hemos tenido tiempo para conocer a los nuevos corredores, a los directores y a todos. El poder ir hablando con unos y con otros ha hecho más ameno el camino. Esta concentración es en la que más tiempo ha habido para relacionarnos y también, en la que más tiempo de ejercicio hemos tenido”.

Ballesteros cree que los momentos difíciles también han tenido su lado bueno. “El sufrimiento también nos ha dado la oportunidad de conocernos mejor”, afirma refiriéndose a los momentos en los que las cosas se les pusieron un poco más complicadas y el esfuerzo fue mayor. Algo que, por otra parte, les sirvió a todos para pensar en lo que le pedirían a Santiago cuando llegaran a la catedral. La plaza del Obradoiro, dice, “me impactó. Y cuando abracé al Santo le pedí mucha salud para mi familia y para mí. Teniendo eso, todo lo demás está bien”.

Incluida la Compostela, que le hizo ilusión conseguir. “Todavía no la he enmarcado, pero la voy a poner en mi cuarto. Desde que salimos también fui poniendo todos los sellos en los sitios por los que pasábamos y me ha hecho mucha ilusión. Creo que volvería a hacer el Camino otra vez, me gustaría hacerlo entero y en bici de montaña”