Nuestro Giro queda presentado
Este Giro se ha presentado con todo lo que es capaz de dar.
Ha traído consigo la emoción de aquel niño que consiguió la gorra EOLO-KOMETA de Diego Rosa. Esos ojos asombrados de quien recibió el regalo más inesperado son la imagen más bella de la presentación de hoy.
Trajo consigo el deseo de la gente de estar allí: después de dos años de silencio y de calles vacías que son el antítesis de todo lo que es el ciclismo, y la plaza a rebosar de Budapest gritó que la belleza -de los corredores, de las nubes reflejadas en el Danubio, de las banderas rosas- es más fuerte que nada.
Trajo sus sueños con él, y después de todo, todo el mundo tiene los suyos. Hay quienes sueñan con ganar una etapa, quienes sueñan con vestir la maglia rosa aunque sea por un día, quienes sueñan con poner su nombre en lo más alto de la clasificación. Y también hay quien ya está viviendo su sueño, porque lleva imaginando el Giro de Italia desde que dio sus primeros pasos en aquella bicicleta desvencijada a la que su padre acababa de quitarle las ruedas.
Ha traído consigo lo que sucederá a partir del viernes: cansancio, subidas, calor, lluvia, victorias, derrotas, horas de espera al paso del grupo, brazos en alto, rabia, lágrimas. Y será un hermoso viaje, que se saboreará y se vivirá día a día.
Trajo al EOLO-KOMETA, que está aquí, está en el Giro de Italia, una vez más. Y nunca hay que acostumbrarse a las cosas bellas, nunca hay que darlas por sentadas: hay que disfrutarlas, hay que merecerlas, hay que amarlas. Estamos aquí, y no querríamos estar en ningún otro lugar del mundo. Y haremos todo, realmente todo, para que cada uno de los próximos veinticinco días sea único.
Francesco, Mirco, Diego, Erik, Lorenzo, Samuele, Davide, Vincenzo
Maurizio Borserini