Erik Fetter, el veinteañero que se suma al salto adelante del ciclismo en Hungría

Los vínculos de la estructura profesional de la Fundación Contador con el ciclismo de Hungría son intensos. Dos de sus más destacados corredores, Márton Dina y Erik Fetter, afrontan el 2021 enrolados en el EOLO-KOMETA Cycling Team. Además, otro de los talentos del país, el juvenil Gergo Magyar, competirá enrolado en el plantel júnior. Un alto porcentaje a nivel nacional. Seis son los húngaros que compiten esta temporada en las dos principales categorías del ciclismo masculino. De ellos, dos lo hacen en el WorldTour.

Ese protagonismo ha trascendido a la atracción de Kometa por el país, un mercado donde la firma del sector de alimentación cuenta tanto con intereses comerciales como con centros de producción. En los últimos años, en colaboración con la Federación Nacional, varios corredores húngaros han asistido a diversas concentraciones del conjunto continental. En unos tiempos en los que la universalización del ciclismo ha propiciado la génesis de grandes campeones en países sin tanta tradición, Eslovenia o Eslovaquia pueden ser dos ejemplos, Hungría también se postula a seguir esa dinámica.

A sus veinte años, Erik Fetter se postula para ser uno de esos referentes. De los seis corredores húngaros en la élite es el más joven de todos. Los WorldTour Barnabás Peak (GreenEdge) y Attila Valter (Groupama-FDJ), tiene 22 años. Márton Dina, su compañero en el EOLO-KOMETA, tiene 24. Todos ellos son jóvenes. Pero Fetter entronca con la misma generación que Remco Evenepoel, un poco más de dos meses mayor.

“La temporada pasada fue muy rara. El atropello me hizo parar antes de lo deseado cuando tenía por delante un objetivo muy bonito como el Giro U23. Sin olvidar la pandemia, claro, que lo condicionó todo. Pero me quedo con los buenos momentos y con las sensaciones que tuve después del confinamiento”, valora Erik Fetter, ya recuperado de las secuelas del accidente que sufrió contra un coche cuando preparaba el Giro Baby. El de Budapest apenas pudo competir diez días, siete antes del confinamiento, pero en el Tour de l´Ain se vio entre los mejores. “Fue un punto de inflexión. Siempre sueñas, pero eso fue un respaldo. Mucha confianza para el futuro. Obviamente siempre hay mucho trabajo por delante, pero sí me gustaría poder ser parte de ese paso adelante del ciclismo en nuestro país”.

“Erik es un corredor extremadamente joven, pero con un potencial increíble”, comenta el técnico Carlos Barredo. “Estamos seguros de su potencial y no sabemos muy bien cuál es su techo. En el Tour de l´Ain ya lo demostró. Tras el confinamiento, de entrenarse solo, estuvo con gente como Tom Dumoulin o Primoz Roglic. Después tuvo el accidente de agosto. En la primera concentración nos sorprendió gratamente porque el nivel que tenía era muy alto. No habíamos entrenado tampoco en exceso, más allá de todo el trabajo compesatorio, de recuperación y estabilización del problema en las vértebras que arrastró tras el atropello. Prácticamente habíamos hecho rodajes, pero su nivel era importante. Estamos muy contentos. Creemos que en ciertos momentos de la temporada puede dar un salto adelante y, por qué no, una grata sorpresa”.

[ Atila Madrona]