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“La mente aprende a extraer una motivación de donde no es fácil sacarla”

La temporada 2020, su segunda campaña en el campo profesional, no ha comenzado de la mejor forma para José Antonio García. El granadino de Fuente Vaqueros, simplemente Joselillo para todos los integrantes del Kometa-Xstra Cycling Team, es uno de esos corredores fundamentales en cualquier equipo por el buen ambiente que generan con su sentido del humor. Sin embargo, no ha tenido la oportunidad de debutar aún en competición en 2020. Una inoportuna lesión, unas molestias en su espalda, le impidieron estrenarse con un dorsal. Y cuando por fin atisbaba una recuperación, llegó el coronavirus, la expansión de la pandemia y la parada técnica en la que aún hoy dormita el deporte ciclista.

García promocionó desde el equipo sub23 de la Fundación Alberto Contador después de un último año muy destacado donde sumó éxitos al sprint en la Vuelta a Zamora, la Vuelta a Salamanca y la Challenge de Sevilla. Pero el período que Joselillo lleva en el pelotón profesional ciertamente no ha estado falto de problemas y tropiezos. Obstáculos que exigen de una gran entereza emocional, barreras de las que sólo se puede salir fortalecido. Hablamos con el andaluz al respecto.

Las circunstancias son las que son y en este 2020 aún no has podido debutar con el Kometa-Xtra Cycling Team ¿Cómo apareció esta lesión?

No podría decir ‘este día exactamente me empezó a doler’… Lo cierto es que llevaba un tiempo con algunas molestias. Algo sentía. Pero no era nada grave. En la primera concentración en Oliva Nova me encontraba bien, pensaba sinceramente que no tenía nada. Ya en enero, de nuevo en Oliva, la dinámica era la misma. Pero de repente llega un día en el que una pierna se me duerme y me aparece un fuerte dolor en la espalda. Hablé con el entrenador Carlos Barredo y con el director Jesús Hernández y comenzamos a tratarlo inmediatamente con el fisio Christian Pradas. Pero en una semana y media no dábamos con un porqué. Mallorca estaba a la vuelta de la esquina.

Un momento complejo de un año recién empezado, con el debut a la vuelta de la esquina y tras un 2019 nada fácil. Como un volver a empezar…

Esto pasa a comienzos de una temporada nueva y te coge con las ganas propias de querer competir tras haber acabado un año difícil donde al final pude mostrar una mejor imagen. Sí, te afecta un poco. En ese momento tienes todas las ganas del mundo, todas las ganas de devolver esa confianza que te han mostrado dándote otra oportunidad.

El Kometa-Xstra Cycling Team se presencia oficialmente en Oliva Nova y un par de días más tarde la estructura pone rumbo a la isla de Mallorca para debutar en la Challenge de Mallorca. Viaja todo el equipo, tú también.

Personalmente yo viajé con la intención de correr. Seguíamos tratando los problemas con Christian, pero las molestias no se terminaban de ir. Carlos y Jesús me recomendaron que lo mejor era no competir en ningún trofeo. Era la primera prueba del calendario, estaba la tensión del debut tanto propio como el de medio pelotón y era muy posible que me fuera a doler. Probar era una tontería. Lo más factible era empeorar. Carlos y Jesús han sido profesionales muchos años, tienen mucha experiencia y enfocaban el problema desde un punto de vista amplio. Confío totalmente en ellos. Después verlo optamos por competir hasta que no estuviera solucionado. Estaba en Mallorca, en una competición, pero sin competir. Se hacía duro ver a tus compañeros en los trofeos, cómo hablaban del desarrollo de las carreras, como llegaban contentos de vivir ese ambiente… Se siente impotencia. Pero era lo que había.

¿Cómo es la evolución posterior de la lesión tras la estancia en la expedición de la Challenge de Mallorca?

Regresé directamente a Granada y allí me sometí a una primera resonancia. Existía la opción de que se tratase de una hernia de disco, lo cual no quería ni pensarlo porque hacía bastante complicado seguir en el profesionalismo. Las pruebas dictaminaron que se trataba de una protusión en la vértebra L4. En Madrid me sometí a nuevas pruebas en Premium Madrid y comenzamos un plan de rehabilitación para acabar con los dolores. Aún sigo haciendo mucho trabajo de core y mucho ejercicio para evitar que el dolor vaya a más, pero con esta rehabilitación el dolor prácticamente ha desaparecido. La puñeta ha sido que la recuperación ha ido de la mano de la aparición de la pandemia, la expansión del coronavirus y todo se ha parado. Más allá de algún momento muy puntual de dolor, el entrenamiento en el rodillo y el trabajo de gimnasio lo hago sin problema. La cosa va mucho mejor de lo que empezó. Trabajo con normalidad con vistas a estar listo para cuando pueda haber competiciones. Y, sinceramente, con muchas ganas de competir.

Con el coronavirus, todo el ciclismo se ha parado. Y con ello ha surgido un día a día bastante complejo de por sí que en tu caso viene arrastrando desde atrás la lesión…

Pues sí. Cuando empecé a tratarme la cosa mejoró mucho… y llegó la pandemia. Esta temporada vamos a tardar un poco más de lo deseado en debutar con el equipo. Al final son dos años con problemas de uno u otro tipo. Y quieras que no la mente aprende a extraer una motivación de donde no es fácil sacarla. Estos son problemas que tiene el deporte y hay que aprender a gestionarlos y superarlos. He tenido mucha suerte también, porque tengo todo el apoyo y toda la ayuda del mundo. Carlos Barredo, Jesús Hernández, Carlos Cadarso y Héctor García de Premium Madrid…  Al final es otro favor que tengo que pagar en un futuro, ese apoyo y esa confianza que me han brindado. Han sido una fuente de motivación para estos tiempos.

El paso al profesionalismo, José Antonio, se gestó tras un gran año en el equipo sub23 donde no faltaron las victorias, hasta cinco éxitos, con victorias parciales en la Vuelta a Zamora, la Clásica Velá de Triana y la general final de la Challenge Vuelta a Sevilla y otra etapa en la Vuelta a Salamanca…

Quizá no tuviéramos los nombres de otros equipos, pero con una escuadra más humilde éramos uno de los tres mejores equipos de España, sin duda. Gracias a Rafa Díaz Justo y a Carlos Barredo formábamos un bloque muy completo tanto en la faceta deportiva como en la técnica. Un equipazo.

Este 2020 no comenzó de la mejor forma para tus intereses. Tampoco el año pasado, tu temporada como neoprofesional, donde debutaste en la crono inaugural de la Volta a la Comunitat Valenciana en Orihuela…

En líneas generales el 2019 fue un año bastante duro. Hasta mediados de la temporada no pude demostrar en la carretera el estado de forma.  Venía de hacer un buen último año como amateur. Pero el primer año en el campo profesional no arrancó de la mejor forma. No tuve la mejor adaptación. El que diga que está preparado para pasar, miente. No se está preparado. Te tienes que adaptar. Más rápido. Más despacio. Pero adaptarte. Es otro mundo. Y luego, la mononucleosis, que no ayudó. Entrenándome me encontraba bien, mis números eran buenos. Pero en competición no sé qué pasaba. No iba. Encadené varios abandonos. Anímicamente te toca. Mi primavera fue muy discreta, sin un motivo aparente. Hasta que por fin dimos con el problema.

Y llegó el día de San Ignacio y con él, el Circuito de Getxo. ¿Tu mejor carrera de la temporada?

Por muchas cosas, sí. Me encontraba muy bien, la verdad, pero fue una grata sorpresa. Durante todo el día las sensaciones fueron muy buenas, siempre pendiente de todos los cortes. En el equipo íbamos con la idea clara de luchar por la victoria con la baza de Stefano Oldani. Pero fue un día duro, una carrera loca desde el principio. Hubo mucho desgaste. Lo notamos todos.

En Getxo tuviste la visibilidad que no pudiste tener en todas las carreras anteriores, incluso con varios momentos liderando la disputa de la prueba. ¿Cómo fue?

Sucedió que formamos un grupito, varios corredores, durante la antepenúltima vuelta. Yo veía que la gente no iba del todo bien. En cambio, iba cómodo. A dos vueltas para el final pensé, y por qué no, arranqué en el repecho de meta y me marché en solitario durante algún compás de la carrera. Atrás hubo acuerdo y yo me dejé ir. En el grupo venía Oldani, tenía que apoyarlo. Y en esas condiciones perseverar en solitario no tenía sentido. Sucedió que luego arrancaron Winner Anacona, Fernando Barceló y Sergi Chernetskii. Cogí ese corte. Nos entendimos bien y llegamos hasta el repecho final. Yo ya iba justo a esas alturas. Nos cogieron a 200 metros, en el inicio del repecho, ya poco más podía hacer. Acabé muy contento.

El subidón anímico de esa buena actuación permitía un mayor optimismo de cara a la inminente Vuelta a Burgos. Pero los prolegómenos de la ronda burgalesa fueron difíciles en tu familia…

Dos días antes de la Vuelta a Burgos a mi hermana Patricia le confirmaron que el bulto que tenía en un pecho era un cáncer de mama. Lo viví muy cerca desde el principio. Yo fui con ella a por los resultados. Es una de esas noticias que nunca quieres escuchar, y por supuesto menos aún para tu familia. Fue un palo gordo. No me quise venir abajo. En Burgos intenté hacerlo lo mejor posible.

Por eso en aquella carrera lucías en tu pelo un llamativo tinte que llamó la atención, pero que tenía una razón de ser muy importante…

Sí, tenía un valor simbólico. Cuando nos enteramos de la noticia mi hermana se cortó el pelo para evitar ‘impactos’ futuros y yo me animé a tintarme el pelo para acompañarla. Era una forma de animarla. Si ella sacaba fuerzas para pelear, yo tenía que sacarlas también para que no me viera mal y servirle de apoyo, darle fuerzas yo a ella. Para la familia era un palo. Imagínate el momento. Muchos casos que se detectan acaban bien, me negaba a verle el lado negativo. Y gracias a dios todo salió bien en su momento, si bien aún sigue con tratamientos.

Más allá de todas estas adversidades, ¿qué lectura hace José Antonio García del proyecto deportivo de la Fundación Alberto Contador en la categoría continental?

El equipo siempre lo da todo. También hay que ser conscientes de que la mayoría de las ocasiones competimos contra formaciones WorldTour y ProConti y eso, a la hora de formar una fila, es un problema adicional para un equipo continental. No tenemos ese respeto que se tiene hacia otras estructuras. En cada carrera a la que vamos salimos a por todas. La actuación ha sido bastante buena. Se han hecho cosas importantes. Hay que estar muy contentos de cómo transcurrió el año 2019 y de cara a este 2020 solo queda esperar a ver qué se puede correr, y cuándo, para hacerlo igual o mejor que el año pasado.

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