Alejandro Ropero, el confinamiento, el disfrute de la familia y las ganas de competir
El ciclismo, su historia, es pródigo en momentos inolvidables. Instantes, a veces más fugaces, otras menos, que se quedan grabados de alguna forma para la posteridad. Muchas veces están asociados a victorias u ofensivas de las que se quedaban grabadas en la retina, dado el soporte de la proyección mediática; en otras son situaciones de carrera que, si bien pueden pasar desapercibidas para muchos aficionados, calan en el espíritu de sus protagonistas.
Un momento que no olvidará nunca el granadino Alejandro Ropero se remonta dos meses atrás, al sábado 1 de febrero de 2020. En el tercer trofeo de la Challenge de Mallorca, el Trofeo Pollença-Port d´Andratx, y tras una gran actuación grupal del Kometa-Xstra Cycling Team en la gestión de la carrera, el corredor andaluz comenzó la exigente subida final rodando en el grupo de los ilustres. Todo un subidón para un neoprofesional inmortalizado para la posteridad por Ciclismo González.
“Del principio de temporada sí que me quedo con ese momento, sí, viéndome ahí con algunos de los mejores corredores del mundo. Fue un día muy especial para todos, hicimos un gran trabajo. Pese a que en la Vuelta a la Comunitat Valenciana no pude acabar tras una caída, en general haría un balance muy positivo del arranque de la temporada. Pero sinceramente también esperaba un poco más. Quizá sin ese percance hubiera sido así. Me encontraba bien físicamente en este arranque, pero pienso que no he podido llegar a demostrar aún mi máximo en este último año como sub23, primero como profesional. Por esto estoy deseando volver a competir, y esto hace un poco más difícil esa espera”.
La espera. El confinamiento. Una situación compleja, inédita, que requiere paciencia. “Es una situación bastante extraña. Al final los ciclistas somos deportistas que dependemos mucho de los lugares de entrenamiento y cada uno nos adaptamos a la zona en la que vivimos, las carreteras que tenemos… Creo que, sobre todo desde un prisma psicológico, el momento que pasamos es bastante duro. No deja de ser una situación nunca vivida. Por parte del equipo estamos haciendo trabajo de fuerza supervisados tanto por Carlos Barredo como por Carlos Cadarso. Tampoco llevamos tanto tiempo y, de momento, las cosas no están evolucionando tan mal”, comenta.
En las últimas semanas un tema recurrente ha sido el de los permisos o licencias para determinados sectores, como pudiera ser el de los ciclistas, de cara a seguir ejerciendo su actividad al aire libre. Ropero, en cambio, se alinea con las necesidades específicas de momentos sobrevenidos de gran importancia desde el punto de vista sanitario. Y lo explica: “Las medidas que se han ido tomando eran las necesarias para controlar esta situación, es innegable. En algún momento puedes pensar que a los corredores profesionales les deberían dar un poco más de libertad, porque este es su trabajo, tomando medidas como salir en solitario, no parar… Pero también es arriesgado, es absolutamente entendible todo lo que se ha hecho y por qué se ha hecho. Personalmente también hubiera tomado estas medidas de confinamiento. Estamos igualmente expuestos, nos ponemos en riesgo a sufrir un accidente u otra incidencia en un momento de gran carga en los hospitales y salir a la calle también sería egoísta. Ahora mismo, con todas las emergencias tan colapsadas, sería una negligencia. Estar en casa es lo más responsable. Ya habrá tiempo de ver qué pasa con la temporada”.
El corredor del Kometa-Xstra Cycling Team también destaca el valor de la convivencia con la familia y el disfrute de ese tiempo que en la mayoría de las ocasiones es imposible de encontrar dada la naturaleza esencialmente itinerante de este deporte. “Ahora es momento de vivir justo lo contrario. Al final estamos siempre fuera con viajes para ir a las carreras, concentraciones, compromisos varios… Vivimos sin pasar tiempo en casa, sin estar con la familia. Y ahora es justo lo contrario. Compartir tiempo, buscar entretenimiento entre nosotros y estar muy unidos. También las redes sociales nos permiten alimentar esa relación. Se nota a la gente más activa, no es lo mismo que la vida real, pero sigo socializando con mi gente”.