Tregua en la antesala de la etapa reina con muchos preparativos para las opciones al sprint
40º Vuelta a Hungría
Etapa 3a: Kazincbarcika – Tiszafüred (115 km)
Etapa 3b: Tiszafüred – Hajduszoboszlo (65 km)
Tregua en las llanuras magiares en una jornada mucho más cargada de lo habitual por la disputa de un doble sector tras cuya disputa la general se mantiene con el letón Krists Neilands (Israel) al mando y tres corredores del Kometa Cycling Team entre los once primeros (Stefano Oldani, 8º; Márton Dina, 10º; Juan Pedro López, 11º). La formación continental de la Fundación Alberto Contador vuelve a liderar la general por equipos después de este doble compromiso competitivo.
Una tercera etapa que arrancó mucho más temprano de cara a afrontar los 115 kilómetros hasta Tiszafüred. En ese periplo triunfó la escapada, cuatro ciclistas que se jugaron la victoria, con éxito para el ciclista de la selección nacional magiar Krisztian Lovassy, uno de los grandes corredores del país con éxitos también en la pista, con algo más de cuatro minutos sobre el pelotón principal.
Por la tarde, una fracción mucho más corta en la que se sucedieron de inicio los intentos de fuga, donde el de Jan Andrej Cully fue el más consistente y con los últimos dieciocho kilómetros convertidos en un gran preparativo de la volata donde el Kometa Cycling Team fue una de las formaciones que más se involucraron en esas lides. En la llegada masiva, de resolución un tanto confusa, se impuso el checo Alois Kankovsky (Elkov). El italiano Michele Gazzoli firmó la décima plaza.
“Ha sido un sprint un poco extraño, sí”, comenta Gazzo. “Hubo una gran confusión en la última vuelta que había que darle al circuito. Yo tenía buenas piernas de cara al sprint, pero no pude coger una buena posición para afrontarlo”, lamentaba. Daniel Viegas, Diego Pablo Sevilla y Stefano Oldani cuajaron unos grandes preparativos de una llegada en la que Antonio Puppio también dejó muestras de su gran clase dejándose caer a posiciones más atrasadas para buscar a Gazzoli y encaramarle a la parte delantera del pelotón.
“En este segundo sector hemos estado controlando de salida junto al Androni. Teníamos muy claro que había que llegar sí o sí al sprint”, indica por su parte Sevilla. “Por la mañana todo fue un poco más extraño, porque se marchó una fuga que en teoría iba a ser fácil de controlar. Estábamos tranquilos, Cofidis e Israel tiraban, pero se echaban encima los kilómetros y no se les cogía”. Esa persecución, además, estuvo condicionada por la detención de la carrera por el paso de un tranvía.
Este sábado se disputará la penúltima etapa de la Vuelta a Hungría, una cuarta etapa que además es la reina, la más importante dado el final en el techo del país. El estético Kekesteto acoge una llegada complicada, donde los últimos tres kilómetros presentan una pendiente superior al 8% y rampas de doble dígito: el broche a una subida larga, superior a los doce kilómetros en su conjunto, en el contexto de una jornada relativamente corta (138 km). No partirá con el jersey blanco de mejor ciclista húngaro Márton Dina, toda vez que Erik Fetter le rebasó en la general debido a las bonificaciones de su tercera plaza en la meta del segundo sector, pero esas tornas cambiarán a buen seguro en el techo de Hungría.