Patrick Gamper, un sueño cumplido en el Kapelmuur
El ciclismo es un deporte muy fértil en rincones especiales. Enclaves mágicos acuñados por la tradición y la reincidencia que mutan en simbólicos iconos geográficos. Lugares con alma propia. Con una atmósfera especial, sobrecargada de misticismo y épica. Durante el pasado Tour de Flandes U23, el austriaco Patrick Gamper se empapó de esa esencia.
El ciclista del Polartec-Kometa, luciendo los colores de su selección por tratarse de una Copa de Naciones, se metió en una escapada y logró escalar en cabeza de carrera el Kapelmuur. Esa leve curva en fuerte pendiente, con la estética capilla emergiendo al fondo. Y dos ciclistas, Gamper y su compañero de escapada Jon Bozic (Eslovenia), gestionando sus pendientes. Una auténtica experiencia religiosa. No en vano, el Kapelmuur es un templo del ciclismo. Para él, de alguna manera, era un sueño cumplido. “Correr algún día Flandes y Roubaix es mi sueño como profesional”, que confesaba en la web del equipo.
“Subir en cabeza el Kapelmuur fue sin duda algo sensacional, pero también extraño porque sólo conocía la subida por televisión”, explica Gamper sobre lo que sintió cuando se encontró el Muro de Geraardsbergen. “Es un momento único. Me sentía muy cómodo sobre mi bicicleta”, evoca. “Aunque no obtuve ningún resultado, fue una gran experiencia. Me encantan las clásicas y por primera vez veía en vivo y en directo todos esos muros. Espero que ésta no haya sido mi última vez en Bélgica, porque creo que estas carreras se adaptan bien a mis características. He ganado confianza en mí mismo y espero cuajar buenas actuaciones en mis próximos compromisos. Al final, cuando ya no había táctica, sólo fullgas, me encontré bien”.
Gamper es uno de los elegidos para representar al Polartec-Kometa en el Tour de Bretaña francés, del 25 de abril al 1 de mayo. “Fue muy positivo verme bien en Flandes. Después de un comienzo de temporada difícil, por fin he tenido piernas para estar con los mejores. Era una carrera dura. Aposté por la escapada, porque ese es mi estilo de carrera. Ir a por la victoria o perder la carrera. Después de 110 kilómetros de fuga me mantuve entre los 30 que formaban el grupo de cabeza, aunque tuve problemas de calambres a quince kilómetros del final y me descolgué”. El austriaco concluiría el trigésimo segundo, a poco más de dos minutos del ganador en Oudenaarde, el australiano James Whelan. “Me gustó mucho correr en Flandes”, proclama Gamper.